Islas de cocina
Una de las mejoras más comunes en un proyecto de renovación de cocinas es la introducción de una isla. Este elemento añade espacio de almacenamiento y superficie de trabajo para nuestras labores de cocina en su aspecto más básico, pero si incluimos elementos como un fregadero, una placa o una zona de taburetes, la isla puede convertirse en un elemento principal de la cocina, cambiando la dinámica y facilitando nuestro trabajo en el espacio.
La isla de cocina puede tener el mismo estilo que el resto de los muebles, incluso estar unida a la cocina formando una península, pero también puede ser un elemento diferente, tanto en sus materiales como en su diseño, de modo que se convierta en un elemento central del espacio, destacando sobre el conjunto.
Obviamente cuantas más funcionalidad deseemos introducir en nuestra isla más se elevará el coste, pero existen alternativas muy asequibles de mesas de trabajo que pueden incluso disponer de ruedas para apartarse cuando no sean necesarias. Esta opción móvil puede ser preferible en el caso de disponer de una cocina pequeña.
Debemos siempre considerar el tamaño de nuestra cocina de modo que dispongamos de suficiente espacio libre para circular con comodidad a su alrededor, unos 120 cm seria el espacio necesario para que dos personas trabajando simultáneamente se muevan con facilidad.
Sobre la altura de la isla, el estándar de altura para encimeras está en unos 90 cm, pero si deseamos utilizar la isla para trabajos de repostería puede que nos interesa una altura menor, en torno a los 75 cm, que nos permitirá aplicar más fuerza en tareas de amasado. Por otro lado si vamos a disponer taburetes podemos buscarlos ajustados a una altura estándar (siempre dejando unos 25-30 cm desde el asiento al borde de la isla) o establecer una sección de la isla más elevada, alrededor de los 105 cm. Cuanto más alto sea zona de barra menos espacio necesitaremos para las piernas, en una altura de 90 cm deberíamos dejar 40 cm libres pero si la elevamos a 105 con 30 cm será suficiente.
Las islas de cocina puede clasificarse por su funcionalidad.
Una isla de trabajo se trata de una mesa con almacenamiento en forma de cajones o estantes y una superficie superior en un material funcional como madera o mármol. Una isla de almacenamiento sería similar a la anterior, pero con un mayor énfasis en el orden, estantes cerrados y compartimentos realizados a medida para cada elemento. La isla de preparación con fregadero ocupará más espacio que las dos anteriores y conlleva un coste adicional para realizar una adecuada instalación de todos los componentes. Si lo que deseamos es una isla que pueda ser utilizada como espacio para comer normalmente necesitaremos una mayor superficie superior para acomodar las rodillas de los comensales. Una isla con placa para cocinar será el modelo más costoso puesto que requerirá, ademas de la instalación eléctrica o de gas, una campana más potente que la necesaria si los fuegos se sitúan contra una pared, al estar los procesos de elaboración más expuestos.
Sobre los materiales para la superficie y aunque dependerá del uso que deseemos darle, la mejor recomendación es la piedra, sea mármol, granito o cuarzo, por su resistencia al calor y a la humedad, ademas su superficie fría es perfecta para trabajos de amasado. El acero inoxidable es interesante por su resistencia al agua y a los gérmenes, pero necesitaremos una tabla de cortar a parte para evitar dañar su superficie. Por último si la superficie es de madera dispondremos de un lugar perfecto para cortar y siempre podemos lijar y tratar de nuevo el bloque para que luzca como el primer día.