Renovar el salón
El salón es el lugar más social de la casa, un espacio donde solemos relajarnos al final del día, donde recibimos a las visitas y donde exhibimos una gran cantidad de objetos personales, bien sea con fines decorativos o funcionales. Se trata de un espacio muy representativo de nuestros gustos e intereses pero su uso constante puede hacer que su cuidado diseño acabe enterrado bajo capas y capas de objetos que vamos acumulando con el paso del tiempo.
Si creemos que ha llegado el momento de renovar nuestro salón el primer paso es hacer un inventario de lo que ocupa el espacio para decidir lo que nos interesa conservar, lo que preferimos trasladar al trastero y aquello de lo que debemos deshacernos. Esto incluye tanto los accesorios decorativos como el propio mobiliario, si no lo utilizamos y no funciona en el espacio lo mejor es que lo eliminemos para dejar paso a nuevas cosas.
Cambiar el sofá, la mesa o las sillas es una tarea que requiere tiempo y dinero, pero cambiar las fundas de algunos cojines es un trabajo rápido y barato con un gran efecto en el espacio, dándonos además un nuevo esquema de color sobre el que desarrollar nuestra nueva idea de salón.
De forma similar a los cojines podemos buscar nuevas pantallas para nuestras lámparas, bien con una correlación con el nuevo esquema de color o simplemente buscando actualizarlas con unas pantalla más actuales. Este es un buen momento para asegurarnos de que la iluminación del salón es agradable, es decir, disponemos de la máxima luz natural durante el día y una iluminación difusa y suave para la noche. Para ello podemos mover nuestras lamparas de sitio, utilizar bombillas de menor vataje o incluso instalar un regulador de intensidad.
A la hora de introducir elementos debemos siempre ser precavidos para evitar una nueva acumulación pero un elemento que deberíamos tener en consideración, si es que no tiene ya un lugar en nuestro salón, es una planta. Introducir algún tipo de planta de interior es una acción que además de beneficios para la salud nos ayudara a dar una imagen más fresca al espacio.
Por último si empezamos a estar cansados del esquema de color de nuestro salón pero no nos apetece enfrentarnos a la tarea de pintarlo por completo podemos probar a introducir una pared de acento. Utilizando un color o un papel de pared llamativo que nunca utilizaríamos para una habitación completa podemos obtener tener un efecto radical en el espacio.