Isla de cocina

Ideas para cocinas con islas

Una isla de cocina es un elemento que nos proporciona espacio de almacenamiento y de trabajo para trabajar de una manera más cómoda y eficiente en nuestra cocina.

Si estamos pensando en introducir una isla o renovar la existente lo primero que debemos considerar es la superficie que conformará la meseta . Para ello debemos pensar en el uso cotidiano al que someteremos nuestra isla, desde cortar verduras o colocar comida caliente a utilizarla como mesa para comer. Seleccionar una superficie adecuada a su uso futuro es fundamental.

Materiales como el cuarzo o los polímeros sintéticos son interesantes por su durabilidad así como por su propiedades de resistencia a hongos y bacterias. Además requieren de un escaso mantenimiento para mantenerlos en buen estado. El granito tiene características similares, pero es más poroso y susceptible de manchas o desconches.

Las baldosas o los laminados son alternativas de bajo coste con sus propios problemas, en el caso de las baldosas pueden presentar problemas higiénicos por la existencia de juntas donde se pueden acumular restos de comida. Las superficies laminadas no tienen este problema, pero no son particularmente resistentes al calor y suelen rallarse con facilidad.

El acero inoxidable es interesante por sus propiedades higiénicas y su resistencia al agua y al calor. Puede ser propenso a arañazos, pero esto no afecta a sus propiedades anti bacterianas.

Por último la madera puede ser interesante para utilizar en zonas de preparación y consumo. Si está adecuadamente sellada y cuidada puede durar mucho tiempo pero debemos evitar su uso para cortar y no colocar objetos calientes directamente sobre la superficie.

Una vez seleccionado el material que utilizaremos para la superficie de nuestra isla (que no tiene porque coincidir con el del resto de la cocina) podemos centrarnos en aspectos más estéticos y de diseño del elemento.

Un concepto interesante es utilizar la isla para introducir un elemento de contraste en nuestra cocina, esto puede lograrse mediante el color, sobre todo si el entorno emplea tonos neutros. También podemos buscar formas que rivalicen con el resto del espacio o incluso optar por rescatar un mueble antiguo (una cómoda o una librería) para utilizarlo como base, aprovechando sus huecos y cajones como espacios de almacenamiento adicional.

Otra idea a considerar es la altura de la Isla, podemos establecer una altura similar al del resto de superficies de la cocina pero si la elevamos tendremos un espacio más adecuado para utilizar para comer. También podemos crear zonas a distintas alturas, de este modo podríamos disponer de un espacio para preparación, uno más elevado para el consumo e incluso una tercera altura, mas baja que la de preparación para su uso como zona de almacenamiento.

Ademas de emplearla como espacio de preparación y apoyo en las tareas de cocina podemos utilizar el espacio de la isla para instalar una placa de cocina o un fregadero, aunque esto requiere de una planificación previa, ya que necesitaremos dirigir los tubos de gas, cables eléctricos y de agua hasta el espacio.

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